1. Una meditación
para fijar la atención en el presente; la atención plena:
Te centras en tus
emociones, pensamientos, y sensaciones físicas -como por ejemplo la
respiración- sin juzgarlas y sin reaccionar a ellas.
Te dejas fluir en
esos pensamientos, emociones y sensaciones, sin oponer resistencia.
Ahora presta atención a
tus emociones y ponles un nombre:
Por ejemplo, ahora estoy desasosegada
Dale la bienvenida a esa emoción con calma y
fijarse en qué parte del cuerpo la sientes, qué fuerza tiene, cómo cambia a
medida que se acepta plenamente, sin juzgarla, sin rechazarla.
¿Se convierte la
ira en tristeza?, ¿Se convierte la alegría en serenidad?
Cuando sea menos
intensa, o si al contrario es demasiado intensa, convendrá entonces regresar a
la respiración y centra tu atención en el momento presente, aquí y ahora.
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