Mientras lees este ejercicio, haz una inspiración
profunda y, mientras exhalas, deja que la tensión desaparezca de tu cuerpo...
Deja que el cuero cabelludo, la frente y la cara se
relajen...
Para leer no necesitas mantener la cabeza tensa...Deja que la lengua, la garganta y los hombros se
relajen...
Deja que se relajen la
espalda, el abdomen y la pelvis...
Deja que la respiración se
tranquilice al relajar los pies y las piernas....
¿Sientes un cambio notable
en el cuerpo desde que empezaste a leer el párrafo anterior?..
Observa cuánto se tensa. Y
si está tensándose el cuerpo, también está tensándose la mente.
En esta posición cómoda y
relajada, di:
«Estoy dispuesta a aflojar la tensión. Me libero. Me dejo ir.
Me libero de todas las
tensiones, de todos los miedos.
Me libero de todo enojo y de toda culpa.
Renuncio a todas las
tristezas y a todas las viejas limitaciones.
Me relajo y estoy en paz. Estoy en paz conmigo
mismo.
Estoy en paz con el proceso
de la vida. Estoy a salvo.»
Repite este ejercicio dos o
tres veces. Siente el placer de aflojar la tensión, de relajarte. Repítelo cada
vez que te encuentres pensando en dificultades.
Necesitarás cierta práctica
para que esta rutina acabe formando parte de tu vida.
Una vez que estés familiarizada con este ejercicio, puedes hacerlo en
cualquier parte y en cualquier momento. Y serás capaz de relajarte
completamente en cualquier situación. AMATE A TI MISMA.